Sexo anal
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Mi hermano sabia muy bien que ya me habia convencido para que le obedeciera y me sometiera. Ahora era el momento de averiguar hasta donde podiamos llevar nuestros juegos.
Senti como la punta de su dedo, fria y resbaladiza, volvia a introducirse en mi recto, seguida de otro mas.
Mi hermano los introdujo esta vez bastante profundamente, alcanzo algun punto increible de placer, encontro la pared posterior de mi utero y empezo a acariciarla rapida y ritmicamente, primero con uno y luego con los dos dedos.
Gemi y mi entrepierna empezo a apretarse. Mi hermano acelero sus movimientos y mi culo empezo a temblar convulsivamente. Intente parar, pero no pude.
Las sensaciones de los dedos de Angel follandome el ano, combinadas con la presion sobre mi clitoris, casi me llevaron a un intenso orgasmo, pero una vez mas mi hermano detuvo bruscamente las sensaciones. Saco bruscamente sus dedos de mi ano, tras lo cual sacudi mi pelvis convulsivamente durante unos segundos. Entonces mi hermano cogio un consolador largo y fino y presiono su punta contra mi ano.
– Deja que te lo meta por el culo -susurro-. – Abremelo.
Me olvide del mundo y deje de separar las nalgas.
Rapidamente las alcance y volvi a separarlas, con la esperanza de que esta vez Angel me follara el culo un poco mas y prolongara esta dulce sensacion que al final me llevaria al orgasmo.
– Nita, ?de verdad quieres hacer esto? – se burlo mi hermano, introduciendo lentamente el consolador en mi ano. – ?Quieres que te folle con el?
– Oh, si, Angel. Lo quiero. Lo quiero en el culo. Por favor, por favor, follame -suplique.
Angel sonrio para si, susurrandome que realmente me deseaba mucho. No queria que de repente tuviera un orgasmo, despues del cual perderia todo interes en su manipulacion de mi ano. Me introdujo el consolador en el ano unos doce o trece centimetros, despues de lo cual noto una obstruccion. Grite.
– No sueltes las nalgas -me advirtio mi hermano con severidad-. – Manten el culo abierto para mi. Tenemos que pasar esta curva de tus entranas.
Cambio el angulo, giro el consolador y este paso facilmente la curva.
– Confia en mi, resolveremos este problema en cuestion de minutos -dijo Angel con seguridad.
Introducir objetos atravesando el ano
Sujetando el consolador dentro de mi, empezo a retorcerlo, estirando bruscamente mi ano.
– Quiero que intentes meter el consolador dentro de ti y luego sacarlo, una y otra vez. Primero metelo y luego sacalo hasta que yo te pare, – me ordeno mi hermano.
Lo consegui unas cuantas veces mientras Angel me metia y sacaba el consolador del ano como si fuera una vara. Le molestaban mis debiles embestidas.
– Vamos, vamos, ?no pares! – grito.
– No puedo. Lo siento, Angel -gemi.
Angel saco el consolador con un rapido movimiento, haciendome chillar.
– Cuando terminemos, te dare algunos ejercicios para fortalecer esos musculos. Y la proxima vez podemos hacer nuestro juego mas interesante -advirtio-. – Ahora tienes que lubricarte mejor por dentro antes de continuar.
No sabia que mi hermano supiera tanto de sexo anal. Me sorprende que nunca hayamos hablado de ello.
Angel introdujo la punta de plastico en el tubo de lubricante anal, la introdujo en mi ano y apreto el lubricante con fuerza. Mi ano estaba tan desarrollado que ni siquiera senti el lubricante llenando mis entranas.
– Ahora vamos a probar otro juguete, – dijo Angel con una sonrisa lujuriosa en la cara.
Coloco el espeluznante aparato con el extremo frente a mi cara para que pudiera verlo… y mi mente se volvio loca.
– Usaremos esto para estirar tus intestinos y suavizar esa curva con la que tropezamos hace unos minutos.
Angel aplico lubricante en la punta y lubrico ligeramente el mango tambien. Luego presiono la punta de la maza contra el esfinter y sonrio cuando empezo a separarse lentamente, dejando entrar a su invitado en el ano.
– ?Oh, Dioses! – aulle.
Lo estaba pasando mal en ese momento, mis propios dedos se clavaban aun mas en mis nalgas. Angel sonrio para sus adentros. La escena le gusto tanto que sacudio la cabeza sorprendido.
Mi hermano siempre habia sido un tipo bastante guapo y no tenia ningun problema en conseguir a la mujer que quisiera, y ahora mismo podria estar follandose a su novia. Pero en vez de eso, ?estaba aqui conmigo! Jugando con mi culo con juguetes, ayudandome a aprender como era el sexo anal en la vida real. ?Resulta que antes no sabia nada de eso!
Me lo pense y mantuve las nalgas abiertas, abriendo mi agujero trasero a mi hermano e invitandole a introducir un juguete del tamano de una pelota de golf… y, sin embargo, sabia que mis mayores retos estaban aun por llegar.
Mi hermano me dijo que ya lo habia probado con mas de una chica. Tiene bastante experiencia con el juego anal y que le gusta mucho trabajar con principiantes como yo.
– ?Los principiantes anales siempre se llevan una autentica sorpresa con mis caricias! – informa alegremente mi hermano. – ?Mis practicas les provocan emociones y sensaciones encontradas! Y la reaccion siempre es genuina.
Gemi y me retorci, pero mis manos seguian separando mis nalgas, invitando a Angel a entrar en mi ano. Mi hermano apreto un poco mas, el consolador desaparecio en mi recto y mi esfinter se cerro alrededor del palo.
– Empuja, Nita. ?Empuja! – ordeno Angel.
Lo intente, pero fue en vano: al mismo tiempo, Angel penetraba el juguete cada vez mas profundamente, doblandolo y haciendolo girar. Pronto el pomo alcanzo el obstaculo con el que ya nos habiamos topado.
– Te dije que resolveriamos este problema -me recordo Angel-. – Tenemos que resolverlo, de lo contrario no podre follarte como es debido.
De repente, el aparato se puso en movimiento con aquel terrible zumbido que ya habia demostrado. Era en lo mas profundo, en la zona del coxis: una potente vibracion de alta frecuencia que me hizo soltar las nalgas por reflejo, incorporarme e intentar liberarme.
– Deja de forcejear. ?Abreme el culo! – exigio Angel.
Saco un poco el vibrador para que la punta quedara contra mi utero. Me recoste en la silla y separe las nalgas con las manos.
– Lo siento, Angel. Por favor, dejame correrme. Por favor.