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ЖАНРЫ

DE NAUFRAGIOS Y AMORES LOCOS
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Me pidi'o prestados treinta pesos para invitar a cenar a la profe esa noche y me repiti'o que de ninguna manera fuera a pensar que con ello me estaba cobrando el alquiler del hospedaje. Me dej'o adem'as la tarjeta del comedor universitario para que la utilizara en el desayuno y la comida y me present'o a varios de sus amigos, que pronto lo fueron m'ios tambi'en, pues escasamente les llevaba tres o cuatro a~nos de edad y compart'iamos gustos y aspiraciones similares.

Trabajo me cost'o sentirme otra vez propio como era. Con tal de ganar la confianza de mis nuevos conocidos mand'e a comprar una botella de ron y entre tragos y canciones inauguramos la noche, luego vendr'ia otra botella hija de una ponina colectiva y m'as tarde otra m'as salida de mis fondos, las que bebimos hasta caer rendidos por el alcohol. El fruto m'as amargo de aquella noche fue que tuve que deshacerme de mi entra~nable compa~nera, la guitarra.

Cuando en la ma~nana me vi con s'olo diez pesos en el bolsillo me horroric'e. Maquinalmente cont'e los cigarrillos que me quedaban, seis, estaba en la ruina. Mi vista se detuvo en la sensual cintura de la guitarra, le ped'i perd'on a las cuerdas y clavijas por lo que pensaba hacer y sal'i con ella a venderla al mejor postor. No tuve que averiguar mucho, uno de los estudiantes de Bangladesh, nombrado Layanta Palipana, me la compr'o en ciento veinte pesos sin chistar. Cuando descend'ia las escaleras de su cuarto acert'e a escuchar el tintineo triste de una canci'on asi'atica que brotaba de sus cuerdas y el coraz'on se me encogi'o de pena. Para aliviarla me dispar'e un par de buches que hab'ian quedado en la 'ultima botella y sal'i en busca de Ricardo.

Ahora necesitaba hacer c'alculos estrictos de mis finanzas pues ninguna de mis otras pertenencias val'ia una peseta. Previsoramente decid'i reservar el pasaje en 'omnibus hacia la Habana para finales de julio y quitarme esa preocupaci'on de encima. Los albergues, por otra parte, dentro de unos d'ias cerraban por las vacaciones, as'i que ped'i a Ricardo su apoyo inmediato en la soluci'on de mi hospedaje en esos quince d'ias que se avecinaban. R'apido de mente y sagaz como era me ofreci'o una oportunidad, seg'un 'el 'unica, de esa forma yo le tiraba un cabo y 'el me tiraba otro. Como no ten'ia otra alternativa tuve que aceptar su plan, que consist'ia ni m'as ni menos que en suplantarlo f'isicamente en la Brigada Estudiantil Universitaria que durante dos semanas y de forma voluntaria ir'ia a trabajar en la agricultura en un municipio de la provincia. Enriqueci'o mi mochila con un mosquitero, una frazada, jarro de aluminio, pasta de dientes, dos latas de leche condensada y una bolsa de galletas de sal, habl'o con el jefe de la brigada, socito suyo, para que guardara el secreto y de esa manera, con sombrero de yarey y todo me vi viajando dos d'ias despu'es en un 'omnibus atestado hasta Vertientes, rodeado de gente extra~na y bulliciosa.

El “himno nacional” en esos d'ias era la canci'on “My World” de Bee Gee y la cant'abamos a coro con tremendo entusiasmo y mayor desafinaci'on, intercal'andola con los viejos bolerones reverdecidos por los Pasteles Verdes.

Dos chicas sentadas frente a m'i no cesaban de cuchichear y sonre'ir mientras me observaban en detalle. Imagin'e que ellas como tantos otros, a pesar de haberme desensilviado, todav'ia distingu'ian en m'i rastros del plagiado y en un inicio no les hice mucho caso, pero al ver su insistencia les pregunt'e si ten'ia monos en la cara.

_No chico, no y no te pongas bravo, s'olo coment'abamos que para ser primos t'u y Richar no se parecen en nada.

_ ?Y qui'en les dijo que 'eramos primos?

_Bueno, es lo que se comenta, ?son primos o no?

_Somos m'as que eso, somos primos y hermanos de crianza, lo que pasa es que Ricardo sali'o bonitillo y yo soy, por as'i decirlo, el patico feo de la familia.

Enseguida me di cuenta que hab'ia metido la pata con eso del patico feo, porque las dos zorras comenzaron a re'irse como si les estuvieran dando cuerda. R'ie que te r'ie y r'ie.

_ ?D'onde est'a la gracia que no se la veo?

Y m'as risas y ahogos y toses y todo el mundo puestos para nosotros. Por suerte la rubita, mejor dicho rubiota, que despu'es supe se llamaba Bety, tuvo la elegancia de darme la explicaci'on al o'ido. Explicaci'on cargada de insinuaciones por supuesto.

_Cuidado con eso del patico_ me cuchicheo_, t'u no tienes tipo de eso ?O es que eres un gallo tapado?

_Ni tengo tipo ni lo soy, y el que tenga dudas que venga a probar.

La otra, m'as fe'ita y desparpajada, se mor'ia visiblemente de las ganas de saber qu'e habl'abamos. De aquel incidente surgi'o una maravillosa relaci'on que me hizo pasar d'ias espl'endidos

En cuanto llegamos al campamento, unas viejas naves largas y despintadas de paredes de madera y techo de zinc, Luis Maldonado, amigo cercano de Ricardo se me acerc'o.

_T'u no pierdes tiempo compay.

_ ?Con qu'e? _ le pregunt'e extra~nado.

_Vamos, no te hagas el bobo, que ya te vi dispar'andole a Bety.

_No chico, no, lo que pasa es que se quiso hacer la graciosa y tuve que pararla como era debido.

_La graciosa no, ella es as'i, mi socio, salsosa y camina, !para que lo sepas, camina!..

_Entonces es f'acil, ?t'u crees que si le disparo la tumbe?

_No es que sea f'acil, pero camina. En la Prepa s'olo tuvo dos novios, el 'ultimo fue Ricardo ?'El no te lo dijo?

_ !No jodas compadre que esa chiquita fue jeba de Ricar!

_Uhm.

_ ?Y c'omo solt'o esa prenda?, porque est'a buen'isima.

_Na’, la profe Berta se le meti'o entre ceja y ceja y como 'el es un barco para los estudios con esa relaci'on vio aseguradas las notas del curso y se enganch'o con ella.

_Pues mira que voy a probar a ver si de verdad camina. Gracias mi hermanito por la informaci'on.

Por la noche, despu'es que nos acabamos de acomodar en los albergues, en la plazoleta frente a ellos se formaron espont'aneamente cuatro o cinco grupos de j'ovenes. Unos hac'ian chistes, otros jugaban a las cartas o al domin'o, aquellos por all'a cantaban rumbas acompa~n'andose del toqueteo de las maletas de madera, los de m'as all'a, los romanticones, se complac'ian oyendo un recital de la Peque~na Compa~n'ia y entre ellos distingu'i a Bety, que al verme se me acerc'o con un brillo p'icaro en la mirada.

_Ven para ac'a, patico_ me dijo bajito.

_Deja la gracia, ?me o'iste?, !deja la gracia!

Me tom'o muy suavemente por el brazo.

_No te sulfures mi chiquitico, es una broma entre t'u y yo. Ven que te voy a presentar al grupo.

_ ?Est'as loca?_ cuchiche'e_, si me doy mucha publicidad va y alg'un chivato se va de lengua y se descubre que Ricardo no vino al trabajo y a lo mejor por eso le tumban el viaje a la URSS.

_No tengas miedo que aqu'i los que estamos somos de la pandilla, adem'as, lo de la ausencia de Richard lo conoce todo el mundo, con nosotros no hay escache. Ven.

A muchos ya los conoc'ia, a los varones sobre todo, a las hembras les di la mano mientras sonre'ia. Enseguida me percat'e que con mi llegada se completaban cinco parejas y me dije esto va bien. Uno de los romanticones era Luis y me hizo se~nas para que me sentara a su lado, le hice un gesto preguntando ?y Bety?

_Vengan los dos para ac'a, que esto ahora se pone bueno y d'ese un buche asere y desconecte hoy, que ma~nana tendremos que fajarnos duro con las yerbas !Arriba, venga, todos conmigo! y cant'o: “mujer, si puedes t'u con Dios hablar, preg'untale si yo alguna vez te he dejado de…mamar” y all'i mismo estall'o la carcajada colectiva.

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