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ЖАНРЫ

Хитроумный идальго Дон Кихот Ламанчский / Don Quijote de la Mancha
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–Pues yo soy hombre pac'ifico -dijo Sancho- y s'e disimular cualquier ofensa, porque tengo mujer e hijos que cuidar. As'i que no pienso luchar con ning'un hombre, alto o bajo, rico o pobre, hidalgo o labrador.

–Has de saber, amigo Sancho -dijo don Quijote-, que la vida de los caballeros andantes es mil veces peligrosa y desgraciada, como lo demuestra la experiencia. As'i que haz un esfuerzo, que lo mismo har'e yo. Veamos c'omo est'a Rocinante, que tambi'en ha recibido sus golpes.

–Lo raro es que mi asno se haya librado, estando nosotros con las costillas [61] rotas -dijo Sancho.

61

costillas –

рёбра, бока

–Siempre la ventura deja una puerta abierta en las desgracias para remediarlas -dijo don Quijote-. Lo digo porque este asno podr'a llevarme ahora a alg'un castillo donde pueda curar mis heridas. Y no lo tendr'e como deshonra, que las heridas que se reciben en las batallas antes dan honra que la quitan; as'i que, Panza amigo, lev'antate lo mejor que puedas y ponme encima de tu asno, que nos vamos de aqu'i antes de que la noche nos sorprenda en este descampado [62] .

62

descampado – открытая местность, чистое поле

–Pues yo he o'ido decir a vuestra merced -dijo Sancho- que es de caballeros andantes dormir en los desiertos, y que lo consideran una suerte.

–Eso es -dijo don Quijote- cuando no pueden m'as o cuando est'an enamorados. Es verdad que ha habido caballeros que han estado sobre una piedra, al sol y a la sombra, soportando la lluvia o la nieve durante mucho tiempo, hasta dos a~nos sin que lo supiera su se~nora. Pero dejemos esto y acaba de preparar el asno antes de que suceda otra desgracia, como a Rocinante.

Finalmente, Sancho coloc'o a don Quijote atravesado sobre su asno y se pusieron otra vez en marcha. Al poco rato descubrieron lo que para Sancho era una venta y para don Quijote, un castillo. El escudero no quiso discutir si era venta o castillo y entr'o en la que 'el cre'ia venta.

Cap'itulo XIII

Lo que sucedi'o en la venta

El ventero, al ver a don Quijote atravesado en el asno, pregunt'o a Sancho qu'e le pasaba. Respondi'o Sancho que su amo se hab'ia ca'ido desde una roca y se hab'ia golpeado las costillas. Ten'ia el ventero una mujer y una hija de muy buen ver [63] .

63

de muy buena ver – хорошенькая

Hab'ia en la venta una moza asturiana, ancha de cara, de nariz chata, tuerta de un ojo y no muy sana del otro. Pero ten'ia un cuerpo que hac'ia olvidar las dem'as faltas. Entre la hija del ventero y Maritornes, que as'i se llamaba la asturiana, arreglaron una cama a don Quijote, poniendo un colch'on, duro como una piedra, sobre unas tablas y dos s'abanas hechas de tela de saco.

En misma habitaci'on, ten'ia su cama un arriero que hab'ia llegado a pasar la noche.

En esta pobre cama se acost'o don Quijote, entre la ventera y su hija lo curaron. La ventera, al ver los cardenales [64] , dijo que aquello parec'ian golpes y no ca'ida.

64

cardenales – (зд.) кровоподтёки

–No fueron golpes -dijo Sancho-, sino que la roca ten'ia muchos picos y cada uno le hizo un cardenal.

–?C'omo se llama este caballero?
– pregunt'o Maritornes.

–Don Quijote de la Mancha -respondi'o Sancho-, y es caballero aventurero, y de los mejores y m'as fuertes que se hayan visto en el mundo.

–?Qu'e es caballero aventurero?
– pregunt'o la moza.

–?Tan nueva sois en el mundo que no lo sab'eis?
– respondi'o Sancho-. Sabed, hermana m'ia, que un caballero aventurero tan pronto es apaleado [65] como es emperador; hoy es la criatura m'as desgraciada del mundo y ma~nana tiene dos o tres coronas de reinos para dar a su escudero.

65

apaleado –

избит палками

Don Quijote, que estaba oyendo esta conversaci'on, dijo a la ventera:

–Creedme, hermosa ventera, que os pod'els considerar afortunada por haber alojado en vuestro castillo a mi persona. Mi escudero os dir'a qui'en soy. Solo os digo que recordar'e siempre el servicio que me hab'eis hecho.

Ninguna de las tres mujeres entend'ia nada de lo que dec'ia el andante caballero. Le agradecieron sus palabras y dejaron que Maritornes curara a Sancho, que lo necesitaba tanto como su amo.

El arriero y Maritornes hab'ian planeado juntarse en la cama, cuando la venta estuviera en calma.

El lecho [66] de don Quijote estaba en medio de la habitaci'on y junto a 'el se acost'o Sancho. A contunuaci'on estaba la cama del arriero, un poco m'as c'omoda porque era un hombre rico. Ni don Quijote ni Sancho dorm'ian, porque no los dejaba el dolor de las costillas; tampoco dorm'ia el arriero, que esperaba a su Maritornes.

Don Quijote empez'o a recordar sus lecturas caballerescas. Se imagin'o que estaba en un famoso castillo y que la hija del se~nor del castillo se enamoraba de 'el locamente y que aquella noche se propon'ia dormir con 'el, poniendo a prueba su fidelidad a Dulcinea del Toboso.

66

lecho – (зд.) кровать, ложе

Lleg'o la hora en que el arriero y Maritornes acordaron [67] verse; entonces, esta entr'o en la habitaci'on donde los tres dorm'ian.

Cuando la sinti'o don Quijote, porque la habitaci'on estaba a oscuras y no la pod'ia ver, estir'o los brazos para recibir a su hermosa doncella. La cogi'o por una mano y la sent'o en su cama. Toc'o la camisa que, aunque era de tela 'aspera, a 'el le pareci'o de fina seda. Acarici'o los cabellos, que eran tiesos como pelos de caballo, pero 'el crey'o que eran hilos de oro. La pint'o en su imaginaci'on como hab'ia le'ido de otras princesas. Mientras la cog'ia en sus brazos, empez'o a decir:

67

acordaron – договорились

–Quisiera, hermosa se~nora, pagarle el favor que me hace, pero estos dolores no me permiten satisfacer vuestros deseos. Y a esto se a~nade que la 'unica se~nora de mis pensamientos es la singular Dulcinea del Toboso, que si no fuera por esta promesa no dejar'ia yo pasar esta ocasi'on que vuestra bondad me ofrece.

El arriero, que escuchaba atentamente las palabras de don Quijote, empez'o a sentir celos y se acerc'o a tientas [68] a la cama donde estaban los dos y se dio cuenta de que la moza quer'ia separarse y don Quijote no la dejaba. Enfurecido, levant'o el brazo y dio tal golpe al enamorado caballero, que le llen'o la boca de sangre; se subi'o luego encima y empez'o a darle patadas en las costillas.

68

a tientas – вслепую

La cama se vino al suelo y el golpe despert'o al ventero, que corri'o a ver qu'e pasaba. Maritornes que conoc'ia el mal genio de su amo, se escondi'o en la cama de Sancho. Este se despert'o y, asustado, empez'o a golpear con los pu~nos a diestro y siniestro. Alcanz'o a Maritornes varias veces; ella respondi'o de la misma manera y comenz'o entre los dos la m'as graciosa pelea del mundo. El arriero, que vio c'omo estaba su dama, dej'o a don Quijote y acudi'o a socorrerla. Lo mismo hizo el ventero, pero para castigar a la moza.

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