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edificaron las casas sencillas y cultivaron las tierras. Se salvaron
as'i los itzaes por el amor de la princesa Sac-Nict'e, que entr'o en el
coraz'on del 'ultimo pr'incipe de Chich'en para salvarlo del castigo y
hacer su vida pura y blanca.
Mientras tanto, la hermosa ciudad Chich'en Itz'a qued'o solitaria
en medio del bosque. Cuando llegaron los numerosos ej'ercitos de
Uxmal y Mayap'an, no encontraron ni los ecos en los palacios y en
los templos vac'ios y decidieron incendiar la ciudad. As'i se dio fin
a la brillante y sagrada Chich'en Itz'a y el bosque creci'o y cubri'o las
ruinas de la antigua riqueza. 210
Vocabulario
• atreverse
•
• robar vt
•
• serpiente(f)
•
duro adj
,
tenaz de coraz'on
por desgracia
destinar vt
heredero m
• adornar vi
•
suceder vi
,
• arrebatar vt
•
,
rel'ampago m
• abandonar vt
•
,
se~nalar vt
• quieto adj
•
,
castigo m
•eco
incendiar vf
Responde a las preguntas:
1. ?D'onde fundaron los mayas sus nuevas ciudades despu'es
de haber vivido por diez siglos en la selva?
2. ?Qu'e quieren decir los nombres de la princesa Sac-Nict'e y
del pr'incipe Canek?
3. ?C'omo era el joven rey de Chich'en Itz'a?
4. ?Por qu'e Canek decidi'o robar a la bella princesa?
5. ?C'omo los habitantes de Chich'en Itz'a salvaron sus vidas?
Traduce:
1.
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2.
,
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211
3.
,
,
,
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4.
,
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,
,
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5.
–
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6.
15
,
–
.
7.
.
8.
.
9.
,
.
10.
,
.
Encuentro de Don Quyote
con Dulcinea del Toboso4
Despu'es de haber estado cerca de un mes en su casa, don
Quijote decidi'o salir de nuevo en busca de aventuras, pero ante
todo quiso dirigirse al Toboso y saludar a la se~nora de sus
pensamientos, a la encantada Dulcinea. Esper'o a que llegara la
noche para entrar en su pueblo, y acompa~nado por su fiel escu-
dero Sancho Panza anduvo por el Toboso en busca del palacio de
Dulcinea. Pero todo era en vano y al amanecer se retiraron a un
bosque cercano.
4 Fragmento adaptado del libro "Don Quijote" de Miguel de Cervantes Saavedra.
212
Al d'ia siguiente Sancho propuso a Don Quijote que esperara
en el bosque y que le dejara ir s'olo al Toboso a buscar a Dulcinea.
Don Quijote accedi'o y Sancho se puso en camino. Pero en vez de
entrar en el pueblo, se sent'o Sancho al pie de un 'arbol, lejos de su
amo y all'i estuvo descansando todo el d'ia. Pens'o que su amo
siendo un poco loco y tomando unas cosas por otras, como hab'ia
sucedido con los molinos de viento, f'acilmente creer'ia que una
labradora cualquiera era la se~nora Dulcinea.
Cuando, por la tarde, Sancho se levant'o para subir en el asno, vio
que se acercaban hacia donde 'el estaba tres labradoras sobre tres
borricos. Entonces, se dirigi'o de prisa a buscar a su se~nor Don Qui-
jote y le dijo que montara sobre Rocinante, pues iba a entrevistarse
con Dulcinea, que se acercaba acompa~nada de dos doncellas.
Salieron del bosque. Don Quijote tendi'o los ojos por todo el
camino del Toboso y como no vio m'as que a tres aldeanas se
quedo extra~nado, y as'i se lo dijo a Sancho.
Sancho Panza replic'o que no eran tres labradoras sino Dulci-
nea acompa~nada de dos doncellas, y que iban montadas no en
borricos, sino en tres caballos blancos como la nieve y que era
imposible que los caballos le pareciesen burros.
– Pues yo te digo, Sancho amigo - dijo Don Quijote -, que es
tan verdad que son burros o burras, como yo soy don Quijote y t'u
eres Sancho Panza.
Sancho insisti'o en sus afirmaciones y adelant'andose a recibir
a las aldeanas se puso de rodillas ante una de ellas y le dijo:
– Reina y princesa de la hermosura, reciba a su caballero que
no es otro que el ilustre don Quijote de la Mancha, llamado por
otro nombre el Caballero de la Triste Figura.
Miraba Don Quijote a la que Sancho llamaba reina y princesa,
pero no ve'ia en ella m'as que una aldeana y no de muy buen
rostro, la cual dijo mal humorada:
– "Ap'artense del camino y d'ejennos pasar, que vamos de
prisa".
Sancho insisti'o a'un en que se detuviera para hablar con el famoso
caballero andante, y don Quijote, dirigi'endose a la que cre'ia
Dulcinea del Toboso, exclam'o en voz alta:
213
– Gentileza humana, no dejes de mirarme amorosamente.
– Sigan su camino y d'ejennos hacer el nuestro, que si no,